Durante la sesión del día 18 de abril pudimos
conocer un poco más sobre una serie de herramientas tecnológicas adaptadas a
los niños, como es el caso de móviles y/o relojes inteligentes de la mano de
nuestros compañeros Rosa y Juan Emilio. Asimismo, se comentó que más de un 30%
de los niños de 10 años disponen de teléfono móvil y se planteó si se hace un
buen uso de estos y si existen métodos eficaces para el control de los mismos
por parte de los padres. Quizá necesitemos un cierto tiempo para que se llegue
a normalizar la situación, concienciando sobre las enormes potencialidades que
estas nos ofrecen. El problema no radica en el uso en sí de las TIC, sino en su
uso indebido y es por eso que los maestros tenemos un gran papel en la
formación crítica y responsable de las mismas. La sociedad tiende a clasificar
según edades a modo de etiqueta (libros, películas, edad de voto…) y muchas
veces lo “prohibido” es lo que hace aumentar la curiosidad por parte de los
niños… Este es un tema controvertido, por eso la introducción crítica de las
mismas en el sistema educativo, mostrando sus potencialidades y ante todo sus
peligros debe ser prioritario en la formación de nuestros discentes
(cyberbulliying, identidades falsas…).
Posteriormente, nuestros compañeros Fran y
Joaquín nos enseñaron bastante sobre Flipped Classroom, que para mí era
desconocido hasta entonces. Este modelo es muy novedoso y pretende dar la
vuelta a los modelos tradicionales, los cuales fomentan un aprendizaje
memorístico y poco práctico, dejando para casa aquellas tareas que exigen gran
carga cognitiva. Si tenemos en cuenta que los niños tienen 5 horas lectivas y
algunos de ellos clases extraescolares, esos ejercicios suponen un gran
esfuerzo de concentración y muchas veces requieren de la ayuda de sus
familiares, incrementando en cierto modo la desigualdad. Según mi opinión, el
sistema educativo debe dar respuesta a las necesidades de todos los niños y no
relegar ese trabajo en los padres. Es entonces, según mi opinión, cuando el
Flipped Classroom toma la palabra, proponiendo realizar esas tareas que exigen
mayor carga cognitiva en clase con la ayuda del docente, que es el guía del
proceso de enseñanza-aprendizaje y relegando las lecturas o visualización de
vídeos en casa, ya que estas actividades no requieren gran esfuerzo.
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